Daruma

image

Bodhidharma, fundador del budismo Zen, pasó nueve años meditando en una cueva completamente a solas.

Su perseverancia por conseguir la iluminación divina fue tan grande que estuvo un total de tres mil días meditando, inmóvil, sin moverse.

Esto provocó que sus extremidades se atrofiasen y se le cayeran los brazos y las piernas. En representación de esa historias se creó el daruma.

Este amuleto japonés nos ayudará a conseguir un propósito medible que se pueda conseguir gracias al esfuerzo y dedicación.

Primero se pinta su ojo derecho, mientras se piensa en ese propósito, y una vez se haya conseguido, se pinta el otro ojo.

Debe dejarse en un lugar visible, para que cuando lo veamos con un solo ojo, recordemos aquello que nos hemos fijado como objetivo y nos dará fuerzas para seguir trabajando.

Visto en yorokobu

#budismo